lunes, 10 de septiembre de 2012

¡Edúcame!


Ya apuntamos en otro post (La educación degenerada) el carácter engañoso de la dicotomía Enseñanza/Educación, establecida por las disciplinas enmarcadas en el campo de la Instrucción desde la aparición del krausismo, en España - particularmente -, a finales del siglo XIX, y la expansión de las corrientes formalistas durante la segunda mitad del siglo XX y el presente, a nivel mundial.

En primer lugar, cabría definir "Enseñanza" como el conjunto de acciones orientadas a transmitir conocimientos y habilidades que responden a las necesidades de un sistema productivo concreto; negar la relevancia que el sistema productivo y sus particularidades juegan en estas acciones no solo peca de ingenuo e idealista, sino que implica negar, por otro lado - para bien o para mal -, la importancia de la Enseñanza constituida como institución. 

En segundo lugar, entonces, habrá que ver qué es "Educación". La Educación no es un concepto unívoco, en absoluto; su acepción más vulgar, que hace referencia a la transmisión de conductas y comportamientos públicos y sociales, en el ámbito comunitario, deja patente que, al menos, parte de la definición debe ir orientada al ámbito moral.

El sistema educativo es una parte muy importante  del sistema productivo y, por ello, depende de éste último; esto implica que las cuestiones morales implícitas descansan sobre bases nematológicas asentadas en él, y no en un predicado desarrollo integral del ser humano. Precisamente, la razón de un sistema educativo (el nuestro) en el presente es la formación de ciudadanos (despojando al término de toda carga ilustrada) aptos para asumir pequeñas cotas de participación pública y con unas habilidades, como mínimo, básicas para desempeñar tareas como mano de obra y consumir en la plétora de bienes: esto va mucho más allá de una simple división del trabajo (Competencia básica y habilidades útiles)

"Desarrollo integral del ser humano" es una fórmula muy poética y políticamente correcta (y absolutamente ideologizada) que, en realidad, no dice absolutamente nada por su oscuridad, ambigüedad y vaguedad. Actualmente, la Educación entendida como Educación formal, inscrita en el Sistema Educativo, es un requerimiento del mercado pletórico - cada vez menos pletórico, por cierto - que responde a la necesidad de obtener una cualificación mínima imprescindible para integrarse en las democracias homologadas.


Acciones y planificaciones del Sistema Educativo:
  • Transmisión de la moral, normas, creencias y costumbres de un grupo social
  • Asentada sobre bases ideológicas y/o nematológicas que descansan, nuevamente, en el sistema productivo
  • Por tanto, la EDUCACIÓN , ni dentro ni fuera del sistema educativo, apunta a un desarrollo integral del ser humano -tal concepción responde nuevamente a una ideología determinada y al proceso de anodina secularización del occidente capitalista, que ha ido a la deriva hacia el espiritualismo más vacuo
  • La Educación (y no solamente la educación formal, dado que la informal pende de la moral) se orienta, teleológicamente - con todo lo que esto implica - al desarrollo de comportamientos, conductas, conocimientos y habilidades elementales y aceptables  para un ciudadano, consumidor y trabajador (que vive en una comunidad)
  • Colabora intencionalmente en el mantenimiento de la eutaxia política en cierto grado

Esto no es necesariamente "malo". De hecho, no es malo. Lo malo es que no te enteres

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